Una colcha retro

Hoy os traigo una colcha que tiene la friolera de más de treinta años, tiene como todo su pequeña historia. La muestra me la  enseñó a hacer "Cadia" una vecina que pasaba las tardes en mi casa, al calor de la cocina de carbón haciamos ganchillo o calceta para pasar las largas horas del invierno, ya que de aquella yo contaba unos dieciséis o diecisiete años y no me dejaban salir, "solo los domingos. Me acuerdo que mi madre apareció en casa con muchísimas madejas de algodón de "la hilandera", y me dio por meterme en esta colcha,  Cadia me preguntó como siempre si la colcha iba destinada a mi "ajuar" y le contesté que no que iba a ser el regalo del día de la madre. Con su ironía de siempre me miró  y me dijo -para algún día de la madre será- era principios de invierno, mi orgullo y mi amor propio afloraron, -ya veremos me dije-.
Me acuerdo que eche cuentas y tenía que hacer una media de tres o mas aplicaciones al día, (manos a la obra); cuando llegó el día de la madre antes de regalarsela piqué al timbre de Cadia, al abrir mi saludo fue ¡algún día de la madre será! nunca dudes de mi palabra,